¿Por qué recomiendo una placa de gas?

Las placas de inducción se han popularizado para alegría y deleite de las empresas eléctricas. También para aquellos que no cocinan mucho o a los que no les importa tardar «un poquito más» cocinando.

La verdad es que cuando reformamos la cocina allá por 2011 lo tuvimos complicado para encontrar una placa de gas porque existen las modas (placas de inducción, plato de ducha, etc.) y muchas veces se popularizan en exceso soluciones que no son adecuadas para todo el mundo. Por ejemplo, prueben a bañar a un bebé o un niño pequeño en un plato de ducha y no una bañera.

Bueno, volvamos al tema: mi mujer encontró esta placa (que creo que es de Balay) en clickelectrodomesticos.com y nos la sirvieron. No he tenido ningún problema con ella, salvo que si se va la luz no funciona el gas porque todo está controlado electrónicamente: se enciende solo y si se apaga la llama, se corta el gas y suena una alarma. Ahora bien, el día que se vaya la luz, no se cocina en casa, pero supongo que el resto de familias con sus placas de inducción estarán en igual situación.

Lo que me gustó de esta placa es el fuego doble. Me permite cocinar a toda velocidad y además puedo usar ollas de 32cm de diametro lo cual me permite cocinar para todo un mes y luego congelar la comida en una nevera-congelador bastante grande de la marca Balay. Es decir, cocino un día 4-6 horas y el resto del mes no cocino nada o solo preparo ensaladas o alguna cosa que no se pueda congelar, como una tortilla a la francesa. Lentejas, judía, garbanzos, estofados…. todo eso se congela.

Para esta labor, también me he comprado la olla express Magefesa Chef 22L, que a efectos prácticos me permite cocinar unos 15 litros de cocido madrileño, judias o lentejas de una sola tacada. Por 95€ la tuve en casa en una compra online.

Bueno, ya sabéis: hay que buscar la economía de escala hasta en la cocina. Con estos avances, la mujer o el hombre que cocina 2 horas todos los dias es porque no sabe organizarse bien.